Cirugía Ortopédica y Traumatología Deportiva

Bienvenidos a una web que abarca todos los aspectos relacionados con mi práctica profesional como médico, cirujano ortopédico y traumatólogo. En esta especialidad tratamos las enfermedades y patologías del aparato locomotor, ya sean huesos y articulaciones, como tendones y músculos. Vemos fracturas, luxaciones, esguinces, lesiones y deformidades en diferentes regiones del cuerpo.

Desde estas páginas presento mi currículum profesional y mis centros de trabajo, así como artículos propios. Gran parte del contenido está dedicado a las lesiones deportivas. Mi experiencia personal en el mundo del atletismo, deporte que sigo practicando, me ha facilitado entender mejor estas dolencias y a quienes las padecen.

No es una página científica, ni pretende dar formación a otros compañeros; está dirigida a aquellos que deseen saber más acerca de la cirugía ortopédica, la traumatología y la medicina deportiva.

Retrato del doctor David López Capapé

Lesiones meniscales

Los meniscos son dos fibrocartílagos de la rodilla que se sitúan entre el fémur y la tibia para aumentar la congruencia articular, facilitar el movimiento y favorecer el reparto de cargas de un hueso al otro. Uno se sitúa en la parte interna, es el menisco interno. Tiene forma de "C" y no es muy móvil. El menisco externo es más cerrado en forma más parecida a una "O", y tiene mayor movimiento hacia delante y detrás cuando la rodilla se flexiona y extiende. En su parte posterior deja un ojal para el paso del tendón poplíteo. El menisco externo es más ancho y se sitúa sobre un platillo tibial convexo, no cóncavo como el interno. En algunos pacientes este menisco externo recubre completamente o casi completamente el platillo y recibe el nombre de menisco discoideo.

Las roturas meniscales son muy frecuentes y se conocen mucho mejor desde que se diagnostican y tratan por artroscopia. A grandes rasgos podemos dividir las roturas en traumáticas y en degenerativas. Las primeras son las típicas del deporte, aunque pueden producirse en cualquier movimiento de flexión y torsión de la rodilla. Son lesiones comunes en actividades profesionales como mineros, mecánicos, etc… En deportes como fútbol, baloncesto, balonmano, tenis y muchos más, la rotura de un menisco se asocia con frecuencia a lesiones de ligamentos, especialmente esguinces del ligamento lateral interno y rotura del ligamento cruzado anterior, que merecen un tratamiento especial.

Menisco interno con rotura del cuerno posteriorFotografia artroscópica de menisco interno que presenta rotura del cuerno posterior, con fragmento movilizado con el gancho palpador.

La rotura degenerativa es más frecuente en personas por encima de los cuarenta años, que sin hacer deporte, en pequeños movimientos casuales, van deteriorando el menisco, generalmente el interno, provocando en algunas ocasiones roturas que dan lugar a síntomas, como dolor nocturno al girar la pierna, al estar mucho sentado o de pie, imposibilidad para arrodillarse o ponerse en cuclillas, y otros.

Las roturas meniscales agudas provocan dolor, inflamación y derrame articular, dificultad para flexionar o extender completamente la rodilla, e imposibilidad para realizar algunas actividades deportivas o recreativas.

El traumatólogo valorará si los síntomas de un paciente son debidos a las lesiones meniscales o a otros motivos, como tendinitis periarticulares, sinovitis, condropatias, artrosis o lesiones meniscales.

Rotura del menisco interno con fragmento inestable y desplazadoFotografía artroscópica de rotura del menisco interno con fragmento inestable y desplazado que será resecado.

Debemos realizar radiografías de rutina ante un paciente con dolor de rodilla, preferiblemente en carga. Si son normales y hay alto índice de sospecha de rotura meniscal, solicitaremos estudio con resonancia magnética para confirmar el tipo de lesión y cuál será el mejor tratamiento.

Rodilla derecha con rotura del menisco externoImagen de corte coronal de resonancia magnética de la rodilla derecha con rotura del menisco externo.

En la fase aguda de dolor e inflamación las recomendaciones incluyen el reposo, un vendaje o rodillera elástica, el frío local, y la toma de analgésicos o antiinflamatorios.

Una vez confirmada la gravedad de la lesión se propone el tratamiento definitivo, que en lesiones meniscales completas y sintomáticas es siempre quirúrgico.

Antiguamente se quitaba el menisco entero que estaba dañado, por cirugía abierta, pero es una técnica desechada por los malos resultados que ha ofrecido a medio y largo plazo.

Actualmente la meniscectomía parcial por artroscopia es la intervención más habitual para tratar las roturas del menisco. Consiste en quitar la parte rota e intentar ahorrar el máximo menisco posible, siempre dejando un borde regularizado y estable.

En algunas roturas recientes, en gente joven y que afectan a la parte periférica del menisco, se puede suturar para evitar una extirpación prácticamente total del mismo.

Rotura del menisco interno antes de ser suturadaFotografía de la rotura del menisco interno antes de ser suturada.
Sutura meniscal artroscópicaFotografía de la sutura meniscal artroscópica (se aprecia el punto).

El postoperatorio de la artroscopia es apenas doloroso, aunque recomendamos un reposo relativo y el uso de muletas durante unos días. Normalmente prescribimos una heparina de bajo peso molecular para prevenir fenómenos trombóticos en la pierna. La retirada de los puntos, que habitualmente son dos, se realiza entre una y dos semanas.

La vuelta al deporte y la actividad normal depende del tipo de rotura, de su tamaño y de las lesiones asociadas. En meniscectomías simples de la parte posterior del menisco la recuperación es rápida, caminando con normalidad en pocos días. En las suturas meniscales se limita la movilidad articular durante las primeras semanas y la rehabilitación es más lenta.

Normalmente preferimos que el ejercicio inicial no implique carga, de forma que la bici y la piscina son lo más recomendado. Deportes de carrera y giro deben esperar entre 6 y 12 semanas para ser practicados.

En el postoperatorio las complicaciones son excepcionales, pero si debemos recalcar un tipo de paciente que presenta una peor evolución, y es aquél de mediana o avanzada edad con una rotura del menisco asociada a artrosis de la rodilla. En ese caso, puede existir un deterioro durante unos meses de la funcionalidad de la rodilla, con aumento del dolor al caminar, que es debido fundamentalmente a la artrosis mencionada. Algunos de estos pacientes requieren procedimientos quirúrgicos mayores en el futuro.

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