En los pacientes mayores con artrosis severa la prótesis de hombro es la mejor opción. Existen varias opciones. En los casos en los que la glena escapular no está muy afectada por el desgaste se puede realizar una prótesis parcial de hombro, en la que solamente se protetiza (sustituye) la cabeza humeral. Las prótesis que utilizamos son modulares y anatómicas, y el vástago de la prótesis que se introduce en el canal humeral queda sujeto a presión o utilizando el llamado cemento quirúrgico. Cuando la glena está deteriorada también se coloca un componente escapular, que suele ser metálico y con un polietileno (plástico) que queda entre la cabeza y la glena de la prótesis. En algunos casos especiales en los que el manguito rotador, especialmente el tendón del supraespinoso, está roto y sin función, las prótesis que se utilizan reciben el nombre de prótesis invertida de hombro. En estos diseños se coloca un componente esférico en la escápula, y un componente plano con su polietileno en la cabeza humeral.
Los resultados son buenos en la gran mayoría de los pacientes. El dolor y la función mejoran significativamente, aunque no es esperable la recuperación completa de la movilidad. El paciente permanece en el hospital menos de una semana. La rehabilitación comienza lo antes posible y se prolonga hasta que el paciente consigue un buen arco de movimiento y fuerza en el brazo. El desarrollo de los instrumentales ayuda a una mejor técnica quirúrgica para optimizar igualmente los resultados.
Las complicaciones graves son poco frecuentes, siendo la infección, la luxación de la prótesis o el aflojamiento de la misma algunas de las que requieren cirugía de revisión.